Monseñor Misael Vacca Ramírez reportero y ahora Arzobispo de Villavicencio

El Sumo pontífice de la Iglesia católica, el Papa Francisco, nombró, como nuevo Arzobispo de Villavicencio al actual Obispo de la Diócesis de Duitama y Sogamoso, Monseñor Misael Vacca Ramírez, hecho que entusiasma a los feligreses católicos de Boyacá y Casanare, pero también a sus amigos, que son muchos los que ha hecho en varios años de contacto, en Yopal y otras localidades del Casanare bravío.

Oriundo del municipio de Somondoco, perteneciente a la provincia del Valle de Tenza en Boyacá y con una gran formación teológica, en Colombia y en Roma, se ha destacado por su liderazgo y espiritualidad, católica, combinada, con el aporte social, a las comunidades donde ha hecho parte desde su labor pastoral.

Su eminencia, el nuevo Arzobispo de Villavicencio, ha ejercido en su ministerio como presbítero ha fungido diferentes cargos, destacándose, los de Obispo de la Diócesis de Yopal, nombrado por el Papa Juan Pablo II y luego fue designado, como Obispo  de la Diócesis de Duitama y Sogamoso.

También estuvo en encargo de la Diócesis Málaga Soatá.

En estas dos posiciones, ha ejercido su labor, con constancia, fe y amor por los habitantes de Boyacá y Casanare.

En la Diócesis de Yopal, acompañó a los casanareños, con sus problemáticas, como la escasez de agua, que se presentó por el colapso de la planta de tratamiento de agua potable y supo conciliar una difícil situación de orden público, con protestas y paros, que generaron gran preocupación.

Su labor como Obispo fue de acompañamiento, pero también estuvo al lado del pueblo, que reclamaba el preciado líquido, de manera vehemente.

Fue secuestrado por el ELN, en el año 2004, en la zona de Paya, pero luego fue liberado, sin poder traer el mensaje, que supuestamente ese grupo iba a entregar, en esa época, al gobierno de Alvaro Uribe Vélez.

 

Este acontecimiento generó reacciones hasta del jefe del Vaticano, en el momento, el Papa polaco Karol Wojtila, hoy San Juan Pablo II, quien envió un mensaje para su liberación y rechazó el secuestro de forma contundente.

Dos hechos más se conocieron, del plagio, de Monseñor Vacca, el Jefe de Estado, en ese momento Alvaro Uribe Vélez habló con él por celular y le hizo una petición: “Piense en una penitencia para sus captores, póngales una penitencia durita. Póngales la penitencia que dejen ese delito y que se reincorporen a la vida civil”.

El otro fue el ruidoso, recibimiento, que le dio la prensa local y nacional en vivo y en directo, en su arribo a la Brigada 16 del ejército, a su liberación, con todos los protocolos de estos casos, que al final se echaron a pique, porque algunos reporteros dejaron, el papel de periodistas, para mostrar su complacencia, por la liberación, del religioso y todo terminó en abrazos y hasta en llanto, por la felicidad del momento.

 

Monseñor Misael Vacca Ramírez, tuvo en Casanare momentos de alegría, pero también de contrariedad y tristeza.

Esto último, porque le tocó vivir una época, complicada con la violencia, que dejó muchos desaparecidos y bastantes viudas y huérfanos.

A él le tocó conocer muchos de esos, casos e hizo su labor pastoral en forma silenciosa, pero responsable.

De contrariedad, porque como jefe de la Iglesia Católica en Yopal, tenía que defender los intereses, de la curia, para administrar bien lo que legalmente, es propiedad de la Diócesis, que debía manejar, espiritual y materialmente.

En esa época hubo un debate en el Concejo municipal, porque las Religiosas de las hermanas de la Presentación, que administraban, el colegio del mismo nombre y que formó a muchas jóvenes Yopaleñas, reclamaban el predio, del predio del Centro Social de Bachillerato y aún lo siguen haciendo.

A nuestro, prelado, hoy nombrado Arzobispo de Villavicencio, le tocó ir al Concejo a defender los intereses, obviamente, de las religiosas y de la Diócesis, con documentos en la mano. Él lo hizo,  con sus argumentos que consideró, ajustados a la ley y con el convencimiento de lo que afirmaba.

No obstante concejales y varios ciudadanos, se mostraron molestos, con esta petición y lo expresaron en forma directa y hasta agresiva, sin tener muchos respetos, por la dignidad del personaje, del cual se escribe esta nota.

Fue un momento confuso y hasta triste, seguramente para Monseñor Vacca, porque muchos de los que lo increpaban, también eran sus fieles católicos, que seguramente acudían a la  Santa Misa, en el centro de la ciudad o cualquiera de las parroquias locales.

Cada quien tenía sus razones, pero lo que se les olvidaba a los defensores del predio, del Centro Social, para la comunidad, es que Monseñor Vacca, no se iba a quedar con nada de eso, el defendía las propiedades de la Iglesia, porque era su obligación, pero no por eso se enriquecía personalmente.

Este es otro de los recuerdos, que deja, en el reportero, este personaje, que ya ha sido tenido en cuenta por dos Papas, para ejercer, cargos, tan trascendentales en una sociedad, como la nuestra.

Los reporteros, especialmente del Casanare, le guardan especial aprecio a Monseñor Vacca, porque desde la ceremonia de su consagración como Obispo de Yopal, en el año 2001, tuvo el detalle de llevar a varios de los comunicadores hasta Garagoa, a la bella catedral de esta localidad boyacense, donde se cumplió dicha ceremonia, que luego fue complementada, en Yopal, cuando en otra solemne celebración religiosa.

Allí en Garagoa, comenzó el contacto, con Misael Vacca, contemplando la bella arquitectura, gótica de esta iglesia, de gran impacto, espiritual.

No se supo, porqué el aprecio, por la prensa, del religioso, que hoy llega a ser el séptimo Arzobispo de la capital, del Meta.

Mucho después, lo entendimos, en el fondo subyace, un periodista en potencia que luego lo plasmó en sus  Saludos Mañaneros, que tempranera y cumplidamente envía a los grupos de wasap o por YouTube, donde da sus mensajes católicos, pero habla de la gente de los pueblos y ciudades, que constantemente recorre, en actividad como Obispo.

Indudablemente aquí muestra que es reportero y de los buenos, con la pandemia hizo un curso intensivo de tecnología y con micrófono inalámbrico, hace sus reportes diarios, del calendario litúrgico, con personajes en Duitama, Boyacá o en México o Roma cuando ha tenido que ir al exterior.

Ahora como Arzobispo no sabemos, si siga con la reportaría, para dar sus mensajes, lo cierto es que Misael Vacca Ramírez, Dios lo tiene para cosas, grandes, no para agrandar su ego o volverse más importante de lo que ya es.

Tal vez el Creador, le dispone ser su mensajero, con la sencillez y cordialidad, con que hasta ahora lo ha hecho, para que su palabra les llegue a todos.

Al fin y al cabo, ese es el propósito de un sacerdote, dar a conocer su verdad y en corto tiempo, deberá hacerlo con la nueva dignidad de Arzobispo, sabemos que continuará su camino, dando la palabra adecuada en el momento que es, claro como un buen reportero.

Danier Porras Leal