Las tensiones internacionales continúan luego del presunto ataque químico en Duma, localidad siria donde no han podido acceder los investigadores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) para realizar su trabajo. El director de la OPAQ señaló que los gobiernos de Rusia y Siria no han permitido la entrada al lugar donde ocurrió el ataque por «problemas de seguridad».
«El equipo no ha sido desplegado todavía en Duma», declaró el director de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, durante una reunión de urgencia de los Estados miembros del Consejo Ejecutivo que se convocó en la mañana de este lunes para responder a la situación en Siria.
El supuesto ataque químico del 7 de abril en Duma, entonces último bastión rebelde, sigue movilizando a las grandes potencias luego de que el sábado Estados Unidos realizara un bombardeo coordinado con Francia y Gran Bretaña en sitios sospechosos de almacenar armas químicas en Siria.
En presencia de los embajadores francés, británico y ruso, Ahmet Uzumcu declaró en la Haya, sede de la OPAQ, que los «sirios y rusos alegaron problemas de seguridad», según el embajador británico en Holanda, Peter Wilson.
«(Uzumcu) ha declarado también que el régimen sirio había ofrecido 22 testigos a los investigadores de la OPAQ en Damasco», prosiguió Wilson durante una conferencia de prensa después de la reunión de la OPAQ, dos días después de los ataques sobre emplazamientos militares del régimen de Bashar al Asad.
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Moscú y Damasco, acusados de obstrucción
De otro lado, el embajador de Estados Unidos ante la OPAQ, Ken Ward, señaló que sospecha que Rusia pudo haber visitado el sitio de un presunto ataque químico en Duma y habría «falsificado» las pruebas.
«Los rusos podrían haber visitado el sitio del ataque. Tememos que lo hayan manipulado para obstaculizar los esfuerzos de la misión de investigación de la OPAQ para llevar una investigación eficaz», declaró Ward.
El Reino Unido instó a la OPAQ a «pedir cuentas a los autores del ataque», de lo contrario el mundo correría el riesgo «de otros usos bárbaros de armas químicas, en Siria y otros lugares».
«El régimen sirio tiene una odiosa reputación de emplear armas químicas contra su propia gente», declaró el embajador británico Peter Wilson, apelando a los Estados miembros de la OPAQ a asumir sus «responsabilidades».
Sin embargo, el gobierno de Moscú, gran aliado del régimen sirio se comprometió a «no interferir» en el trabajo de la misión, oficialmente invitada por las autoridades de Damasco, que niegan toda responsabilidad en el drama de Duma. El Kremlin calificó el lunes de «sin fundamento» las acusaciones de que Rusia habría obstaculizado el acceso. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, recalcó que Rusia quiso desde el principio «una investigación imparcial».
Un programa químico «clandestino»
A partir de ahora la prioridad es el desmantelamiento total del programa químico sirio, según el embajador francés en La Haya. «Los hechos están ahí y son obstinados. Resisten las mentiras más groseras y las negativas más absurdas», dijo Philippe Lalliot, «Siria conservó un programa químico clandestino desde 2013», añadió.
Ese año, tras el ataque con gas sarín en Guta, que ya había provocado varios cientos de muertos, el régimen sirio había terminado uniéndose a la OPAQ por la presión internacional, y se comprometió formalmente a declarar todas sus existencias y no usar nunca armas químicas.
El trabajo será complicado para los investigadores, que llegan más de una semana después de los hechos a un área que desde entonces ha estado bajo el control del ejército sirio y de la policía militar rusa.
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