“Aquí no hay nada que hacer”: Apágue la vela y Vámonos

Luis Abril Porras, llegó a Maní el 30 de agosto de 1968 proveniente de Socotá, en Boyacá y permaneció,  en este pueblo, que está pegado al río Cusiana, en su paso por la llanura Casanareña hasta verter sus aguas, bien abajo, a la imponente fuente hídrica del Meta.

Allí vivió, por muchos años, vio crecer a sus dos hijos y desde su Almacén Horizonte, conoció el trasegar de una tierra muy distinta a la suya, pero que lo acogió y que terminó amando, lo mismo que a los pocos moradores, que, en medio de una sabana, llena de polvaredas en verano o chaparrones, con ventisca en invierno, que formaban un paisaje, que se quedó en su memoria, seguramente, para llevárselas, cuando llegue la hora, a la eternidad.

Hoy Luis Abril, está en Acacías acompañado de su Hija Sixta Tulia, o Sarela, como se le conoce popularmente, con algunos, quebrantos de salud y pese a sus años- con lucidez total- con una memoria prodigiosa, que permite que estas letras recuerden al personaje, del que se escribe esta nota: Luis Farfán Barrera.

De Luis Abril, Ojalá Dios, permita contar su historia, que es bien extensa, en este llano bravío.

Más de 53 años han pasado, de la apertura, del Almacén Horizonte, en una pequeña, villa, donde eran por esos años muy pocos los conocidos.

Esperando, que le llegara clientela, como a los 15 días, ingresó, una pareja, de una mujer muy bonita y bastante elegante y un hombre,   a preguntar, por las telas o la ropa que se expendían en el negocio.

Era Ivonne y Luis Farfán, joven pareja que había acabado llegar al pueblo, para establecerse en la zona y permanecer seguramente a posteridad.

Las vidas de los dos, tomaron rumbos distintos y hoy su historia, deja la ausencia, de Luis, quien hace escasos días, una penosa enfermedad, que soportó, con estoicismo, se lo llevó de este mundo, en el Hospital Regional de la Orinoquia en Yopal.

Luis Farfán Barrera, fue un hombre de la vida pública, en un Casanare, donde no se hablaba sino de ganado, sabana y caballos.

El tema del petróleo y sus famosas regalías, fue historia de tiempos posteriores.

No se recuerda si en ese momento,  Luis fue a Maní, a ser alcalde o a ocupar, otros cargos públicos, de los muchos que ejerció, sin ser profesional, porque en esa época los hombres sin título escaseaban en esta tierra de “centauros”, indomables.

El ejerció su trabajo, en la alcaldía, con muy pocos recursos, porque  los ingresos, provenían de lo que enviaba Boyacá a los municipios de este lado y luego lo que desde 1973 llegaban desde Yopal  de una intendencia, que basaba sus ingresos, en lo que se bebieran o fumaran sus habitantes.

Como hombre público, que se respete, su trabajo fue muy criticado por muchos aspectos, especialmente en lo referente a las finanzas, que se afirmaba en los corrillos del pueblo se despilfarraban, con el tres Efes el Caregallina el “ Pecho e paloma” y  otros de sus asistentes en su despacho.

Nunca se supo si todo lo que se decía era cierto y tampoco, cómo surgían estos apodos, de personajes locales, que según muchos los describían en sus contexturas físicas o en la forma de sus rostros.

Don Luis también tuvo su apodo, que preferimos omitirlo, por respeto a su alma y su familia.

Elrelatordelllano.com, cuyo dueño, algunos, años después, llegó a Mani, vivió, compartió  y conoció todos estos rumores, que en últimas nadie confirmaba, con documento alguno.

Poco se conversó con don Luis Farfán, pero llegó el día, en que el naciente reportero y el connotado hombre público se sentaron a tomar tinto y hablar de estos temas.

El dueño de elrelatordelllano.com, no tuvo miramientos y le preguntó de frente, lo que la gente decía de él y su gestión administrativa, de muchos años.

Don Luis, respondió, con vehemencia y se defendió, con argumentos,  de las obras que en su momento se adelantaron, con muy pocos recursos y lo más notorio, es que muchas de las mismas se mantuvieron por muchos años.

Una de esta obras, fue el alcantarillado, que generó una respuesta, franca, directa y en castizo puro: “la mierda que deja la gente hoy se saca por la obra que yo dejé”

Fue una charla cordial, amable y que mostró a un personaje, distinto al que muchos cuestionaban.

Su hija, Liliana, lo describe magistralmente en unas sentidas palabras, que publicó en su página de Facebook, que al final de esta nota reproduciremos.

Nuestra fuente de breve consulta, Luis Abril Porras, lo recuerda como un hombre de pocos recursos, que vivió, como un ciudadano del común sin propiedades mayores o sin grandes comodidades.

Resalta también, el señor Abril, que nunca lo vio consumiendo licor o fumando.

Años después,  en un recorrido que hizo Caracol radio Yopal, en Maní, para la transmisión de unos juegos interdocentes,  nuevamente se presentó la ocasión de hablar con Luis Farfán, ya retirado de la vida pública y como  ciudadano, del común, pero como conocedor del desarrollo de la vida de su segundo pueblo, mostraba su preocupación para la llegada masiva de palmicultores, a la zona de Santa Helena del Cúsiva y los efectos sociales y culturales, que esto iba a ejercer, en la vida de los maniseños.

Dicen que era “godo” y por eso muchos le tenían, sus reservas, porque el Llano era liberal empedernido.

Se conoce que ejerció las letras, con  diversos apuntes, entre ellos algunos comunicados públicos sin firmar, que no dejaban títere con cabeza.

También algunos dicen que ayudaba en la elaboración del testamento de Pericles, con el cual se despedían las fiestas del pueblo, en el mes de Enero y sus letanías, que le daban “duro”  a los ciudadanos de esta localidad de acuerdo a sus aciertos o desaciertos.

Se afirmaban que nació en San Luis de Palenque  y que sus orígenes eran de Venezuela.

En Maní y en Casanare, llegaron muchos habitantes de ese país,- eso si no tantos, como ahora- por la dictadura de Pérez Jiménez y otros militares apegados al poder.

El  historiador de cabecera,  Luis Abril, recuerda, que los Farfán, los Guerrero, los Florez, los Rondón, Los Perdomo y los Lara entre otros llegaron a Maní y aquí se quedaron y sus  hijos o nietos hoy son sus representantes.

Fue alcalde y muchos de sus proyectos, se hicieron sin contar, con los sabios expertos planificadores de hoy en día, pero lo cierto es que las vías y otros aspectos del urbanismo del pueblo, se plasmaron en esos trazados, que aún hoy tiene esta floreciente población casanareña.

Fue Juez , concejal y personero, en las épocas, en que no habían controvertidos concursos de méritos, que dejan con constantes demandas, a los que salen electos,  por los que no logran ocupar el cargo, por incapacidad, de pasar los requerimientos, que estos exámenes tienen.

Eran las épocas, en que no se requería tener título de abogado, para ejercer estos cargos, pero en forma autodidacta, se ejercían por personajes que con errores  y virtudes, hacían la vida pública de unas administraciones, que pareciera que estaban menos desbarajustadas, que las de ahora.

Para ser más claros el personaje que despedimos, se dio el lujo de ser del poder ejecutivo, del Legislativo y del ministerio público, por lo que algún mérito debió tener.

Como juez seguramente debió ejercer los pleitos que todo tiempo, tienen en una región,  pero aquí, al finalizar, mostraremos que su labor no se solo se limitó a los pleitos, por tierras o robos de ganados o gallinas, también tuvo que ver con resolución de conflictos sentimentales.

Vino la Constitución del 91, con la elección, popular y como Farfán Barrera, no tuvo vocación para hacer campaña, por él,  se terminó su vida publica y se dedicó a sus actividades particulares, junto a Tilsia su segunda compañera sentimental que lo acompañó, hasta hace unos años, pero se le adelantó en su partida.

Como anticipamos,  su función como juez, también tuvo que ver con escuchar a los ciudadanos aún en sus cuitas de amor, como le ocurrió, con nuestro apreciado historiador de cabecera, que   llegó hasta su despacho,  para pedirle que intercediera, para que su querida Marleny, no lo dejara y tomara otros rumbos sentimentales.

Esa petición, la hizo con el corazón en la mano y don Luis Farfán,  así lo entendió, pasando por alto , que este tipo de peticiones, no encajaban dentro de sus funciones, habló con la fémina,  contándole, la pena que tenía el corazón este hombre, que lloraba, por su querida “Dulcinea”.

Pero de nada valieron, los ruegos de Luis y las sugerencias de su tocayo, el juez a Marleny quien sin miramientos le dejó claro, que esa relación se terminaba y por muchos motivos lo dejaba.

Luis Farfán fue a buscar a su tocayo Luis Abril y le contó la respuesta de su amada.

“No hay nada que hacer”: “Apáguela la vela y vámonos”.

Elrelatordelllano.com, expresa sus mas sentidas voces de condolencia a toda la familia, de don Luis Farfán Barrera y sus allegados.

Pide al todo poderoso, por el alma de este hombre, que hizo la historia en Maní  y que no lo podíamos dejar ir sin recordarlo.

Paz en su tumba

( A continuación transcribimos el espontáneo y sincero mensaje que le escribió su hija Liliana, que de forma inigualable, habla del afecto a su padre y del legado que les dejó a sus hijos)

Papito de mi Corazón. Partiste de este mundo, al encuentro con tu amor T. No soportaste su ausencia. Fuiste un excelente ser humano, lleno de virtudes, que, aunque no expresabas mucho los sentimientos sabíamos y al final nos dijiste lo mucho que amabas a tus hijos y Dios nos permitió acompañarte, decirte lo mucho que te amábamos, pedirte perdón por los inconvenientes que te hayamos podido causar, agradecerte y estar contigo día y noche estos últimos 11 días.

Tu enseñanza de nobleza, humildad, servicio, que a pesar de saber que se expresaban mal de ti luego te pedían un favor y si podías hacerlo lo hacías porque decías que era enseñanza para esas personas.

Nunca sentiste rencor hacia nadie tu corazón no permitió sentirlo. Gracias,  gracias, gracias eres mi mayor orgullo. Serás otro ángel para mi vida.

Te amooo mi viejito hermoso. Ya no sentirás más dolor, mi

guerrero!!!! Descansa en paz